
Una capacidad personal que puede ser desarrollada y a su vez desarrolla. Se halla conformada por el aporte del afuera y relacionada íntimamente con lo intrínseco. Puede fomentarse, alimentarse y expresarse toda la vida, incluyendo a edades muy avanzadas.
Todos podemos desplegarla. La neocorteza (de forma no exclusiva) estaría altamente relacionada con la creatividad, pero el proceso creativo requeriría la participación de todo el encéfalo.
Está ligada al aprendizaje y diferentes formas de lenguaje permiten su expresión.
Pone en marcha la tolerancia, incentiva la iniciativa, invita a explorar, confiar, perseverar. Obliga a concentrarse y a su vez invita a motivarse, activarse, empoderarse.
Hay que fomentarla, suprimiendo la autocensura, flexibilizándonos, respentándonos y queriéndonos a nosotros mismos.
Es un concepto ligado indefectiblemente al juego y la imaginación.
Jugar es necesario porque justamente estimula la creatividad, la fantasía, además nos desafía, nos relaciona, divierte y acompaña. Es una respuesta creativa a varios de los grandes problemas de muchas personas mayores como lo son la soledad y el aislamiento, al igual que la ansiedad y la tristeza, dificultades que ya venían siendo planteadas de hace tiempo y que la última pandemia exacerbó.