
La ciencia como esperanza, la paz como objetivo, la libertad e igualdad sexuales como derechos…
Son algunas de los planteos de aquellos adultos jóvenes de los años ’60 que hoy como adultos mayores continúan madurando y se cuestionan sobre la IA (inteligencia artificial), las nuevas tecnologías, la soledad y el aislamiento, la socialización y la posibilidad de agruparse, el riesgo de padecer Alzheimer…
Son personas que han ido atravesando y protagonizando cambios y progresos que ahora se presentan evolucionadas (y como dice una colega, corregidas y aumentadas, o sea: empoderadas), participando, planteándose un envejecimiento activo, tratando de permanecer saludables, y aportando su experiencia (y hasta muchas veces su sabiduria) a quienes estén dispuestos a seguirlos o consultarlos por diferentes vías de comunicación…
Son los coautores del hoy con sus avances y dificultades, con sus aciertos y errores.
El aumento actual de la expectativa de vida los hace “guía” en esto de envejecer cada vez con más años. Nos muestran cómo es esto de vivir más. Y con el incremento de la edad, nos señalan también cuánto se incrementan las necesidades. Atenderlas y acompañarlos es la tarea. Honrarlos.