
Hemos comentado hace bastante tiempo y varias notas atrás la importancia de la música en general y en nuestras vidas en particular, pero en esta ocasión querría referirme especialmente al fenómeno experimentado durante la pandemia por el cual la gente cantaba de balcón a balcón, y señalar así el significado de esta expresión artística en la historia de la humanidad y en la vida de cada persona.
Se trata de un medio exquisito de expresión, de comunicación, de transmisión estética y de elaboración y canalización de sentimientos profundos ya sea positivos o traumáticos mediante un lenguaje universal rico y efectivo.
La interacción de la gente, desde el lugar de aislamiento de cada uno acompañándose, empatizando, casi queriendo conjurar la enfermedad, fue sobre todo, ofrecer una respuesta creativa, lúdica, innovadora y hasta revolucionaria al aislamiento social.
Entonces parafraseando a A. Favero: cantamos porque los que sobrevivimos y los que se fueron quieren que cantemos.